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Las edades del papel, las edades de los libros

Escrito por el 28/08/2023

Los estudiosos en materia de libro antiguo dicen que de acuerdo a una normatividad internacional, esta categoría la alcanzan sólo aquellos libros que fueron impresos antes de 1801 y que los editados desde la imprenta de Gutenberg y hasta 1501, se catalogan como incunables.

Eso lo investigué porque hice una visita al tianguis de Renovación, ubicado en Periférico y eje 6, donde un hombre al que le llamé El señor de los libros antiguos, tenía varios ejemplares de libros viejos, que si supiera de los datos que incluí en el párrafo anterior, se llevaría una gran decepción porque en su puesto del tianguis ofrece libros editados hace más de un siglo, pero aun así, no alcanzan la denominación de antigüedad.

A México, la imprenta llegó en 1539, entonces, existen en el país libros editados ya hace varios siglos; sin embargo y de acuerdo con investigaciones realizadas por la UNAM, existe poco interés por la catalogación de libros antiguos, mientras que en otros países lo hacen porque valoran esas ediciones debido a que forman parte de la memoria colectiva de su nación y además representan un legado histórico importante.

Será por eso que los libros viejos van de un lugar a otro, se quedan olvidados en las bibliotecas porque aún no hay una organización que determine la forma adecuada de catalogar un libro editado hace 5 siglos, será que están apilados, empolvados y a la espera de que alguien realice la ficha correspondiente

Por lo pronto, yo me detuve en ese tendido porque me llamó la atención un letrero que decía: Libro del año 1906, en alemán, 117 años de antigüedad y eso ya se me hacía bastante tiempo para que un libro estuviera en condiciones presentables para un posible lector con dominio del idioma. Otro letrero anunciaba una tesis sobre Salmonella sanguinaria en patología aviaria, editada en 1928, hace 95 años y cuando Plutarco Elías calles era presidente de México, un año antes, e igual de sanguinaria que la salmonella, se perpetró la matanza de Huitzilac, Morelos.

De pronto, sí, ahí estaba el libro Corazón diario de un niño de Edmundo de Amicis, por un instante creí que ese sí sería antiguo; sin embargo, databa de 1948. Lo que me gustó de ver ese libro fue una dedicatoria que hace de Amicis a los niños de España: “Cuan feliz sería si mi pobre libro pudiese en algún modo proporcionar solaz y deleite a los niños españoles; a los niños de esa noble y querida tierra, a la cual me llevan constantemente los recuerdos más gratos de mi juventud”. Edmundo de Amicis. Turín, abril de 1887.

Además, tenía un sello con la leyenda: Cortesía del Teatro Metropolitan y de Jorge M. Dada. Entonces, que investigo sobre ese personaje y supe que fue un distribuidor de películas, novelista y guionista de cines y que trabajo para personalidades del cine como Emilio, El Indio Fernández, que era de Palestina y que murió en México el 27 de febrero de 1969.

Así que esta décimo séptima edición, ilustrada con láminas y viñetas, me llevó a saber de un personaje como Jorge M. Dada, y por supuesto al Señor de los libros antiguos, en un tianguis donde los libros no pierden esa magia de trasladarnos a otros lugares, a conocer sobre otras personas. La edad de los libros es la edad del papel y ya sea viejo a nuevo, las palabras que ahí se escriben perduran por muchos años.