Las arenas antes de la media luna
Escrito por Roberto Lizarraga el 24/02/2023
Algunos versos del tiempo preislámico (Primera parte)
En el ámbito latinoamericano no estamos muy familiarizados con las culturas de medio oriente, sabemos por ejemplo que fue ahí donde se originó el cristianismo y en general las llamadas religiones abrahámicas, por otro lado sabemos algo de los continuos conflictos armados y más recientemente la copa del mundo de Qatar puso tras el balón diversas costumbres bajo la llamada ley sharía lo cual es en si la ley regida por los preceptos del Corán.
Dentro del Islam, el periodo anterior al profeta Mahoma se conoce como yahiliyya o periodo de la ignorancia en el que convivían diversas religiones como el cristianismo, el judaísmo, el zoroastrismo y el sabaísmo y diversos cultos entre los que estaban los de la diosa Bachtán, la cual tenía los atributos de Venus o Dizares, dios representado en un monolito negro sobre pedestal de oro, esta deidad tenía características similares a las de Dionisio y Marte.
Los primeros poetas en lengua arábica surgen en un contexto de tribus y clanes con poca o nula homogeneidad política por lo que las guerras entre ellos eran frecuentes, cabe recordar que fue Mahoma quien en principio logró una fuerte cohesión entre las diversas facciones que recorrían las arenas del desierto.
Entre los bardos del citado periodo cabe mencionar al llamado “príncipe de los poetas” Imru’l-Qays, dado este último mote por el mismo profeta Mahoma a quien consideraba como el mejor, al grado que la tradición dice que fue el acompañante del mismo Mahoma en su visita a los infiernos. Se considera que puso las bases para la Casida tipo de poesía elegiaca que fue cultivada muchos autores posteriores. Un ejemplo de su poesía son los siguientes fragmentos del poema “Sobre la arena, la huella de nuestros cuerpos” a través de la versión francesa de René R. Khawam:
“Detengámonos y lloremos el recuerdo de la amada.
Casa cercana al banco de arena entre Dakhoul y Harmal,
Toudiha y Miqrat, vientos del Norte y Mediodía,
la tela ha sido tejida pero en ningún punto está su rastro.
Mis compañeros sus monturas han parado y me dicen:
contrólate y huye de esta aflicción mortal.
Mi sanación, amigos, consiste en mis lágrimas dejar correr
pero ¿debe haber aflicción por la disuelta huella?
¿Acaso no cortejaste en Ma’sal, a Umm-ul-Huwayrerh
antes que a ella, y más aún, a la bella Umm-ul-Rabab?
Mientras ellas crecían, los perfumes de musgo por doquier
se esparcían, fragancia de aceite llevada por zafiro.
En estos versos podemos ver, al menos en parte, temas que serán muy comunes en buena parte de la poesía árabe posterior: la elegía y el canto a la amada. Al mismo tiempo es patente observar que el espíritu del dolor por la ausencia de la mujer amada, está expresado con los elementos de la cultura material de un pueblo procedente del desierto, de este modo encontramos la arena que es una especie de lienzo en donde la huella de la amada es tan efímera como la lágrima que corre tras llorar con el recuerdo. El perfume es otro elemento que enfatiza tanto la sensualidad dentro de la nostalgia como la brevedad del instante o de la persona a quien se evoca.
En el mismo poema, versos más adelante dice:
“Tus bellos ojos no han llorado más que para mejor trazar a quien
a herido a muerte a un corazón partido de dolor.
Al mismo corazón de un hueco impenetrable al deseo,
donde a placer y junto a mi amada, he saboreado la felicidad.
A través de un cuerpo de guardias yo pasé
me observaban, muerte infame me tenían preparada;
Cuando en el cielo las Pléyades su aparición hicieron
como una colección de perlas en un cinto,
Yo entré, entonces ella, gozosa antes de dormir, sus vestidos
había ella retirado junto a la cortina, excepto la ligera túnica”.
La imagen celeste con las Pléyades, se nos muestra como una referencia del instante en que el amante irrumpe en la tienda o la habitación de la amada. En mucho de la poesía árabe posterior es posible encontrar este tipo de imágenes con mucha frecuencia, a lo cual debemos pensar en pueblos nómadas del desierto cuya única orientación eran las estrellas, en este caso los cuerpos celestes no fueron usados para predecir los ciclos agrícolas pues un pueblo trashumante de un país con pocos cuerpos de agua, no tiene una agricultura en gran escala pero tiene sus pasos en las dunas y la palabra bajo la noche.
Otro tema muy presente en la poesía islámica pero que tiene su germen previo a Mahoma es el hedonismo presente en la poesía báquica. Si bien el islam prohíbe el vino, hay una gran tradición que se ve incluso reflejada en relatos como los de “Las mil y una noches”. Al respecto podemos leer los siguientes versos del poema “Mu’allaqa” de Tarafa quien vivió en el sVI, en la versión castellana de Josefina Veglison:
“No acampo en los altos por miedo.
Auxilio cuando se solicita mi auxilio.
No dejo de saciarme de vino y placeres,
de vender y gastar los bienes transmitidos y adquiridos
hasta evitarme toda la tribu como a camello embreado.
Y tú, que censuras que asista a la guerra y a los placeres me entregue,
¿puedes tú hacerme inmortal? Si no puedes evitar mi muerte,
déjame abordarla con lo que poseo”.
Menciona Miguel Asín Palacios en su libro “Tres estudios sobre pensamiento y mística hispanomusulmanes” que los árabes si bien antes del Islam eran poco dados a la especulación filosófica o metafísica, siempre tuvieron en la poesía, la expresión espiritual para muchas de las inquietudes que los aquejaban. En los versos leídos líneas arriba, estamos ante una postura vital en la cual es de manifiesto que para el autor solo existe este mundo y esta vida, muy alejada de las distintas formas místicas del continente asiático.
Por otro lado toda producción espiritual está anclada en la cultura material, en el caso de los pueblos nómadas del desierto, no tenían una producción agrícola en gran escala que les permitiera el tiempo para generar filosofías y pensamiento de mayor sofisticación como el caso de otras civilizaciones pero no hay pueblo son poesía, así podemos de pronto asomarnos a un periodo en el que vemos que por muy rudimentarios o limitados sean los recursos de los que dispone una sociedad, siempre hay individuos que expresan su forma de pensar así como sus anhelos mediante el verso, es decir, la palabra.