Seudónimo de Eugène Émile Paul Grindel, poeta francés nacido en Saint-Denis el 14 de diciembre de 1895. cultivó de manera significativa el dadaísmo y el surrealismo, fue parte integral de dichos movimientos vanguardistas desde sus inicios hasta el final de su vida Publicó algunas de sus obras más importantes, como Les yeux fertiles (1936) y Donner à voir (1939), pasando por acontecimientos como la II Guerra Mundial, a consecuencia de la guerra, en la que Eluard participó en la Resistencia, su poesía cobra un acento comprometido que dará lo mejor de sí en Poèmes polítiques, Poèmes pour tous (1948).
Apenas Desfigurado
Adiós tristeza Buenos días tristeza Escrita estás en las líneas del techo Escrita estás en los ojos que amo No eres del todo parte de la miseria Pues los más pobres labios te denuncian Por una sonrisa Buenos días tristeza Amor de generosos cuerpos Potencia del amor En donde surge la amabilidad Como monstruo sin cuerpo Cabeza decepcionada Tristeza bello rostro.
La vie immédiate (1932)
Sueño
Pequeño día Vuelvo a entrar
La torre Eiffel está inclinada Los puentes chuecos La señales todas perforadas
En mi ruinosa casa Solo yo Y un libro
Me desnudo
Les mains libres (1937) colaboración con Man Ray
Cortina
Un remolque cubierto de tejas El caballo muerto niño amo Piensan el frente azul de odio Como dos puños Dos senos caen encima
Melodrama que arranca La razón del corazón.
Le yeux fertiles (1936)
La mordaza sobre la mesa
Viejo actor que interpreta las piezas del agua De añejas miserias muy transparentes El dulce rojo fierro de la aurora Le devuelve a los ciegos la vista Yo ayudo a levantar los muros A la lucha entre el cansancio y la debilidad Al invierno vacío de frases.
Las imágenes pasadas son fieles a su modo Imaginan la fiebre y el delirio Todo un laberinto en donde se pierde mi mano complicada Hace tiempo que ya era yo una presa Tiene de virtud las alucinaciones Me veo colgado del árbol de la moral He batido el tambor de la bondad He modelado la ternura He acariciado a mi madre
Toda la noche dormí Perdí el silencio Aquí están las voces que ya no saben más que lo que callan He aquí de mi que hablo Ensordecido escucho por tanto lo que digo Escuchándome educo.
La vie immédiate (1932)
Crepúsculo
Desierto vertical, el vidriero cavaba la tierra, el sepulturero quería colgarse y en el humo de mi cabeza se organizó el olvido.
Era la hora entre el perro y el lobo, entre el paso y el hollín. Un feliz vértigo. Antes de desaparecer, el cielo hizo una retorta con mueca. Yo vivía tranquilo, corto, cálido, pues ya había encerrado mi hermosa furia diurna en el duro pecho de mis enemigos vencidos.
Donner à voir (1939)
Museo de poesía | Ateneo Secreto | Invencible Magazine