EXPO SEXMEX ¿Qué es peor, ver un espectáculo porno enamorado o con el corazón roto?
Escrito por Javier Lether el 01/10/2024
4:00 PM en la Ciudad de México, una lluvia sentenciada previamente para la tarde; insinúo un alboroto emocional para el clima. Mientras tanto, en la Avenida Revolución, en un verde Holiday Inn, se llevó a cabo la presentación a medios el anuncio de la Expo Sexmex que se realizará el 19 de octubre en Expo Reforma.
60 actrices de diferentes países, shows eróticos, stands de venta de juguetes sexuales y lencería, todo durante nueve horas seguidas en una cita dedicada a los amantes del cine para adultos.
No hay preguntas, ni respuestas en esta conferencia de prensa. Existe una exhibición, una pasarela de las actrices porno.
Una por una es anunciada, los tacones advierten, los conjuntos rojos, blancos y negros son solo una formalidad sexualmente poderosa y efectiva. Una de ellas tiene un seudónimo de ‘Azúcar’ y un reportero promulga: ‘Con esa azúcar sí me da diabetes’.
Comienzan los chiflidos, aunque a reserva porque minutos antes de empezar el evento, se le llamó la atención a prensa. “Las chicas merecen respeto. Es su trabajo” dijo la jefa de prensa.
Pero son un sinónimo de vulgaridad para muchas mujeres que en la actualidad sobreviven de sus cuentas de OnlyFans, ¿creen que hay diferencia alguna?
El género masculino predomina en la sala y no hay necesidad de indagar la razón. Una chida, con el seudónimo de ‘Diva Virtual’, sale con un conjunto de enfermera: “¿Saben por qué estoy usando un cofia? Porque ejerzo la enfermería”.
Las actrices porno están llenas de misterios y dudas: ¿Son felices?, ¿Por qué dedicarse a eso?, ¿Cuál es tu pasatiempo fuera del contenido sexual?, ¿Tienes sueños?, ¿Tus derechos laborales son respetados? Qué buenas prestaciones y seguro médico gozarán.
Porque lo dijo alguna vez el poeta mexicano, Eduardo Lizalde: “También la pobre puta sueña. La más infame y sucia y rota y necia y torpe, hinchada, renga y sorda puta, sueña… Sólo sabe soñar al tiempo mismo de corromperse. Ésa es la clave. Ésa es la lección. He ahí el camino para todos: Soñar y corromperse a una”.
Recuerden que su peor defecto no es ser actriz porno sino que para ellas son el último hombre en esta faz de la tierra. Sus esposos se encuentran en primera fila, contemplando con cara sería, a sus esposas semi desnudas en frente de otros esposos y varios reporteros.
¿Para un hombre qué es peor; ver un espectáculo porno enamorado o con el corazón roto?
Mientras, los fotógrafos les piden besos para los que están en la parte posterior del salón, otros les dicen que volteen a la derecha, izquierda y ellas lo manejan muy bien, incluso proponen poses… es la costumbre. Saben cómo hacer que las cámaras tiemblen, se opaquen con el calor y la humedad del cuerpo femenino.
De repente una de ellas, llamada Josecita, sale al escenario con atuendo azul cielo, de piel blanca que emula a una Blanca Nieves porno. Jocosa, dice que están muy aburridos y serios, que si quieren que suceda algo y comienza a deslizar sus huellas dactilares, como si dejara un rastro que quiere que sigan… lo ha recorrido antes, sabe dónde detenerse y en dónde ir más a prisa. Sus dedos pálidos sujetan el sostén azul platinado y comienza a desnudar su pecho, tal cual como una jarra de leche que se vierte y se desliza en el aire, aferrándose a ser parte de la gravedad, se suelta y deja contemplar dos grandes y blancos pechos que se iluminan con las luces y los flashes.
Para su deleite todos pueden guardar el recuerdo del desnudo en sus memorias humanas y de plástico.
Todos reunidos para ser parte de este aquelarre, del delirio sexual que muchos niegan amar, el amor por pornografía es lo que todos tienen en común incluso más que la nacionalidad.
Solo dos actores porno que mantuvieron su ropa intacta, uno de ellos dice al micrófono : ‘me mide 22 cm’ y un reportero dice “ay, cabrón… no me gana, jaja” y todos comienzan a replicar su risa.
Las manos fotográficas tiemblan porque se casan, han derramado suficientes deseos en la fuente de las fantasías y se quedan exhaustas por secar y pulverizar al cuerpo masculino.
Y de repente las cámaras se mueven, se amontonan y como perros se paran enfrente del hueso para recibir su recompensa por el buen comportamiento, el adiestramiento de la dominación del poder más grande en este mundo… el sexo.
Todas las actrices posando para la foto grupal al igual que en la primaria o un equipo de fútbol: no se conforman con sacarse la ropa, se arrodillan, se besan, lamen, gimen, rompen y agitan sus lenguas al mismo tiempo que sus manos dicen adiós. No se resistan, ésta es su fantasía y se aleja. La solución está dada, porque esto solo fue una prueba gratis. El verdadero espectáculo aún está por empezar.
Fotos por Javier Lether