Invencible Radio Crónicas de charco
Escrito por Cole Tirado el 17/10/2023
Según el diccionario de la Real Academia Española o como le dicen los cuates RAE crónica es:
«Narración histórica en que se sigue el orden consecutivo de los acontecimientos.”
¡Changos! Nunca tengo un orden de los acontecimientos y mi narración histórica es a veces un poco incoherente.
Anton´s he llegado a la conclusión que mis crónicas son de charco, son turbias y muy poco claras, tal vez no sea un concepto muy concreto, pero… ¡el nombre se lee chicles!
Algunos días mi camino por las calles varea, puedo andar por el tianguis de antigüedades de la Portales mirando un bonche de canicas con estampitas y al poco rato ando en la calle de Madero en el centro de la ciudad viendo a la morrita jugar con un globo rojo.
Me late echarme una vuelta por los rumbos de la Meche; hay ofertones en la ropa, tacos de tripa, ¡por cierto! Esos tacos es negocio familiar, el que atiende es el hijo del Don que hace varios años empezó a vender ahí. A ladito está el carnal que te despacha tu caguamita bien fría, pa´eso de la calor y pa´curarla.
Tengo bonitos recuerdos de aquel lado, mi padrino tenía un local de barbacha dentro del mercado de la Merced y cada que íbamos de visita mi jefa y yo me daba mi consomé con mi taco. Hay un montón de gente bien chambeadora allá.
En los andares siempre te topas con objetos, a veces extraños y que te sacan de onda, otros son las cosas de artistas callejeros que dan su espectáculo los domingos en Coyoacán.
Los paisajes de la gran Tenoch asfaltada nunca son iguales, te puedes encontrar a unos novios en su sesión de fotos bien tempranito en la calle de Donceles, si le caminas más pa´dentro hacia el Zócalo divisas algunas imágenes pegadas en los muros de fierro.
Las gentes descansan en cualquier lugar, en el metro, en las bancas de los parques, en las jardineras, en las banquetas, parece que la vida cansa.
Entonces me doy cuenta de que soy como una pelotita con tiritas doradas que ando en el trote de arriba pa´bajo y lo más chido es la bajada porque el vértigo se siente hasta la garganta.
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