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Mayweather y Gotti III: una batalla gris en la tierra del tricolor

Escrito por Javier Lether el 28/08/2024

Luces rojas, verdes y blancas anunciaron la llegada de John Gotti III a la fosa, al profundo cuadrilátero que yace en la Arena Ciudad de México. Con una banda de México en la cabeza, lo embalsamaron como a los muertos con grasa en la cara y sus guantes púrpura Cleto Reyes, ansiando su revancha contra Floyd Mayweather

Las luces de apagaron, encerraron al público en una oscuridad total, que dejó de existir cuando a lo lejos empezaron a percibirse las estrellas por los teléfonos de los asistentes. Comenzaron a ovacionar la llega de The Money.

El invicto pugilista, Floyd Mayweather hizo su aparición junto al cantante Natanael Cano provocando fulgor entre las masas. Se balancearon los reflectores antes de que sonora la campana. Pelea de exhibición de 8 rounds con dos minutos de duración.

Mayweather llegó por primera vez a México, retirado e invicto, con los tricolores puesto en su vestimenta y en cada rincón de la Arena. Cómo si convocaran a los demonios y los ángeles a presenciar el enfrentamiento de dos hombres que están dispuestos a matarse porque firmaron un contrato que los hace millonarios.

Suena la campana e inicia el primer round. Lo dijo la cantante mexicana, Lila Downs: “Si buscas la verdad, muchas veces las verdades no son tan de rosa. Son verdades muy tristes”. La emoción y la asistencia fue por presenciar a una leyenda del boxeo como lo es Floyd Mayweather, sin embargo la gente rápidamente se dio cuenta de lo floja que estaría la pelea, al contemplar a ambos pugilistas ser un producto diferente al que de pide en línea.

El campanero se durmió y olvidó detener el primer round a los dos minutos. Al iniciar el segundo round, sin previo aviso, se hizo cambio de referí porque Mayweather se molestó por ser reprendido, pues todos los golpes alineados por ‘Money’ iban a la nunca de Gotti, como si seguiría el olor de su shampoo y no pudiera ocultar su cabeza como si fuera un arma.

Floyd propuso una serie de jabs, uppercuts, y sacadas de lenguas, acorralando a Gotti en las cuerdas para el tercer round. La puntuación nunca cambió; 10 puntos para Mayweather y 9 para Gotti. John buscó la revancha pero sus golpes estaban siendo a cuenta gotas, John ‘Gottitas’ se quedó estático varios rounds, como una polilla atrapada en una ventana.

Caminan sin dejar nada atrás, ocultando sus caras en el circo de una pelea gris, los aficionados aman que se lastimen. Enmarcar sus derrotas o triunfos, pero se mantuvieron en fijación por quedar por debajo de la pelea anterior de Alan “El Rey” Picasso. Pero la verdad nos alcanza eventualmente y ellos no son buenos en el servicio de labios, porque se abrazan y el público grita “sexo, sexo, sexo”.

Provoca éxtasis, y el tiempo captura a cada uno, a medida que las sonrisas torcidas se desvanecen. Mayweather, un antiguo héroe que renunció demasiado tarde o muy pronto. Solo quieren llenar la vitrina de trofeos otra vez. Algunos empiezan a salirse antes de que termine el encuentro, porque el mundo se siente herido en el bolsillo por un momento de fulgor anémico. Y se llenan de una fiebre los cuerpos que se retuercen con una sola cara en la multitud que promulgan un “culero, culero, culero”.

Abrazos y abucheos que lucen sin esfuerzo. Enfrentando el dolor o el gozo que se pulveriza, pero no importa, los cheques están cobrados.

En esencia lo que dice Fall Out Boy en su canción Centuries: “Algunas leyendas, se convierten en oro o polvo y un solo error te hace pasar a la historia para que te recuerden por siglos”