El pasado 29 de noviembre, la Curva 4 del Autódromo Hermanos Rodríguez vibró con la segunda edición del Simi Fest, un festival que, lejos de ser un evento más dentro del saturado calendario musical, confirmó que llegó para quedarse. Esta edición dejó claro que se trata de una propuesta cuidadosamente curada, con un fuerte enfoque en la música electrónica, sin dejar de lado guiños al pop y al hip hop que ampliaron la experiencia sonora.
Desde las primeras horas, el ambiente se sintió festivo y bien organizado. La cercanía entre escenarios permitió que el público pudiera desplazarse con facilidad y disfrutar prácticamente de todo el cartel, algo que se agradece en un festival de esta magnitud.
Musicalmente, la jornada tuvo momentos sobresalientes. Darius se convirtió en uno de los grandes protagonistas de la noche con un set impecable que acompañó el paso del atardecer a la oscuridad total, construyendo una atmósfera envolvente que muchos coincidieron en señalar como lo mejor del festival. Muy de cerca le siguió Roosevelt, quien entregó un show potente, elegante y sumamente bailable.
El arranque también fue sólido. El dúo Drama puso a moverse a los primeros asistentes con su propuesta electrónica, mientras que Simpson Ahuevo llevó el hip hop al escenario Daclaf, demostrando la versatilidad del cartel y conectando con un público diverso.
El cierre estuvo a cargo de Empire of the Sun, quienes ofrecieron un espectáculo visual y sonoro a la altura de su estatus internacional. Además de repasar sus grandes éxitos, la banda aprovechó el momento para anunciar que regresarán a México en 2026, lo que desató la euforia entre sus seguidores.
Hubo también contrastes a lo largo de la noche. Caloncho apostó por un show más íntimo y relajado, ideal para quienes buscaban un respiro entre beats electrónicos. En contraste, la presentación de Maribou State se vio afectada por un retraso cercano a los 30 minutos y problemas técnicos que derivaron en un volumen bajo, convirtiéndose en el punto menos afortunado del festival.
Más allá de la música, uno de los grandes aciertos del Simi Fest fue la experiencia para el asistente. Desde el ingreso, el público fue recibido con una bolsa de regalos que incluía el ya emblemático Simi Peluche, además de distintos productos de la marca que se repartieron a lo largo del día en activaciones especiales. A esto se sumaron zonas de descanso bien ubicadas, pensadas para recuperar energía sin perder de vista los escenarios.
Veredicto final: el Simi Fest 2025 cumplió y superó expectativas, consolidándose como un festival sólido tanto en lo musical como en la experiencia general. Una segunda edición que deja la vara alta y nos hace esperar con entusiasmo ese regreso prometido para 2026.