La introspección es un acto que muchas veces se considera como una decisión consciente, sin embargo, hay portales en la mente que de vez en cuando sin darnos cuenta atravesamos y nos conectamos con una dimensión misteriosa, desconocida, un poco aterradora. Ese territorio que sabemos que está, que existe y coexiste con nosotros, con nuestra psique o nuestra alma. Conectar con la parte más instintiva y visceral de nuestra naturaleza puede, en algunos casos, ser un consuelo y hasta un aliado, pero en otros, quizá los más, una fuerza incontrolable llena de sonidos, de deseos bajos e impulsivos.
En este montaje Itzhel Razo nos lleva por ese viaje a lo más profundo de nuestro instinto puro, en un espacio donde predomina la pasión del rojo, de la sangre, del nacer, de la violencia y la euforia. La furia misma ante un acto que no podemos cambiar, que no podemos olvidar y se oculta en lo más profundo de nuestro cuerpo, de nuestra mente, esperando para salir y cambiar… incluso contra su propia naturaleza
Este laboratorio escénico explora la improvisación con guia de Natalia Angel, empleando sonidos del ambiente, con pautas de inicio y final pero sin la limitación de un desarrollo inflexible, al contrario, conforme se avanza en el mar de cantos, llanto, grito y campanas, nos adentra en las memorias y consuelos de los que ya no están, no sin la furia del no saber por qué.
Con la dirección de Roberto Eslava, estas composiciones escénicas y sonoras sobre el cambio se materializan dejando al espectador con el interior en movimiento sin identificar una emoción específica. Va desde la comodidad, la intriga y el fluir hasta la incomodidad del no saber, de no tener el control ni de lo que oyes ni de lo que ves.
Esta experiencia se realiza los lunes a las 20.00 horas del 06 de octubre al 03 de noviembre en el teatro El Milagro, ubicado en la Calle Milan 24 entre Lucerna, Calle Gral. Prim y Juárez, Ciudad de México.