El viaje de una gráfica: Unknown pleasures
Escrito por Joel Cuellar Lopez el 02/08/2023
Ciertamente las gráficas, diagramas u otras representaciones de datos nos ayudan a comprender o a interpretar la información para su mejor entendimiento. Sin embargo ¿qué ocurre cuando sacamos completamente de contexto a una de estas imágenes? Desde un punto de vista puramente informativo perdería toda su relevancia, a pesar de esto encontramos al menos un caso en el que dicha representación, encontró un poder casi místico para ser reconocida y reinterpretada. Estamos hablando de la gráfica utilizada para la portada del álbum debut de la banda británica Joy Division, titulado “Unknown Pleasures” en junio de 1979.
Para quien no se encuentre familiarizado, Joy Division fue una agrupación nacida en la ciudad industrial de Manchester, Inglaterra. Tan pionera que al día de hoy su clasificación como punk, postpunk, goth o new wave, aún se encuentra a debate. Si le añadimos el trágico suicidio de su líder Ian Curtis, en mayo de 1980, tenemos los elementos de una verdadera leyenda del rock. Unknown Pleasures se convirtió con el tiempo en uno de los álbumes más importantes de los últimos cincuenta años, no solamente por su música, sino también por su portada.
Dicha portada constaba exclusivamente de un fondo negro con una serie de gráficas trazadas en blanco al centro. Originalmente no contaba con el nombre de la banda o del álbum, algo hecho deliberadamente por Factory Records, en este, su primer LP lanzado al mercado. Aunque podemos encontrar diferentes versiones de su hallazgo, sabemos que previo al lanzamiento del disco, los miembros de la banda encontraron el diagrama en la Cambridge Encyclopedia of Astronomy (1977), se trata de una serie de gráficas apiladas que muestran la detección de las señales de radio provenientes de un pulsar
“Pulsos sucesivos del primer pulsar descubierto, CP 1919, se muestran superimpuestos verticalmente. Los pulsos ocurren cada 1.337 segundos. Son causados por una estrella de neutrones girando rápidamente.”
Para implementar la idea seleccionada por la banda en la portada se comisionó a Peter Saville, un diseñador recién egresado que había elaborado previamente carteles para Factory Records, sin embargo, él no estaba convencido de utilizar dicha imagen tal y como se lo solicitaron. Decidió invertir los colores, hacer un negativo, pues para él tenía más sentido que si se trataba de una señal proveniente del espacio, el fondo fuera negro y la energía fuera blanca.
La portada se hizo icónica, en parte debido al misterio de su significado, pues en el álbum no se daba ninguna explicación al respecto. Su origen permaneció en el misterio para la mayoría del público, incluso para quienes llegaron a conocer la inspiración original. Tal vez para la mayoría no tuviera mucha importancia, pero me parece que la historia de como esta gráfica llegó a las páginas de la Cambridge Encyclopedia of Astronomy es tan interesante como su tránsito a la portada.
En el Vinilo original podemos observar una imagen relativamente pequeña con relación al resto de la portada.
Tenemos que recordar que las ilustraciones escogidas para estar en una enciclopedia deben ser claramente ilustrativas, por lo que el valor de dicha imagen para aclarar información había sido reconocido, de hecho la gráfica ya aparecía en publicaciones previas como muestra del tipo de gráficos que se podían obtener gracias a las nuevas tecnologías digitales. En dichas publicaciones solamente se acreditaba al observatorio de Arecibo, tenemos que remontarnos a una tesis doctoral de 1970 para encontrar al gráfico original y a su autor. Nos referimos a “Radio observaciones del perfil de pulsos y medidas de dispersión de doce pulsares” por Harold D. Craft Jr.
Y a pesar de que hemos retrocedido casi una década para encontrar la gráfica original, cabe mencionar que Craft no fue el primero en graficar un pulsar. En 1967 la primera persona en discernir los pulsos consecutivos de una estrella de neutrones fue la astrofísica de Cambridge Jocelyn Bell Burnell. Quien al darse cuenta de las “pelusas” encontradas en las tiras de papel que contenían el registro de las señales obtenidas vía radio telescopio, pudo inferir que se trataba de pulsos recurrentes de energía, es destacable que para lograr esto tuvo que revisar hasta treinta metros de tiras de papel por noche. Si observamos la gráfica del artículo original, creo que podemos entender por qué la gráfica de Craft ha pasado a la historia de una manera que no lograron los gráficos de Bell.
Cuando Craft obtuvo señales del mismo pulsar que Bell había descubierto tres años antes, decidió crear algo novedoso con la ayuda de su nuevo equipo digital, por lo que cortó en trozos equidistantes la gráfica lineal que se obtiene como representación de las señales de radio recibidas y luego apiló estos trozos uno encima del otro para poder comparar claramente la intensidad de cada pulso. Al hacer esto, no solamente logró visualizar claramente la característica principal de los pulsares, las constantes pulsaciones que les dan su nombre, sino que logró crear algo ciertamente estético, aspecto que no pasó desapercibido y que inadvertidamente terminó inspirando una de las portadas más memorables del siglo pasado.
Columna: Transpoiética