En el año 1983, las organizaciones mundiales de Psicología declararon que es necesidad humana el tener que viajar, es algo que a través de la historia de la humanidad, los hombres ha pasado de ser nómadas a ser un sedentarios, por motivos como la agricultura, guerra, territorio o por descubrir qué es lo que hay allá afuera en el mundo.
Muchos historiadores, antropólogos y sociólogos han entrado en el debate si la llegada de los españoles a América, ayudó al desarrollo de nuestro continente, el llamado el “encuentro de dos mundos», pero para muchos no es así, porque como narran las crónicas, inició la destrucción de diferentes culturas en la Mesoamérica y Aridoamérica, dando inicio a la América colonial. ¿Y qué pasaría, si hoy fuera al revés?, si en lugar de que un europeo venga a América, un americano fuera a Europa, pero no con los fines de encontrar o descubrir un nuevo territorio sino de conquistar. Pues esa pregunta la podemos responder en el documental “La montaña”.
Un documental que nos habla sobre las bitácoras navales que vivió el grupo 421 del EZLN, en el barco “La montaña” en su viaje del puerto de Cancún a España, el grupo de viajeros estaba conformado por seis personas, dos hombres, tres mujeres, y una persona de la comunidad LGBTTTQ+, todos ellos miembros del ejército zapatista, que realizaron este viaje con el fin de representar este choque cultural, en el documental se pregunta ¿cómo sería hoy en día si hubieran sido una comunidad indígena los que fueran, no a conquistar, pero sí a conocer el «nuevo mundo» que es Europa.
En el film también podemos ver cómo este grupo de personas desde el capitán, pasando por el director del documental, hasta los tripulantes, empiezan a reconocerse en este viaje a través de las interacciones que realizan día a día, como hacer la comida, bailar, y charlas de cómo se maneja hoy el mundo contemporáneo, de no dejar todo en manos de una persona que se puede corromper, de no dejar todo en manos del gobierno, un presidente o de un grupo pequeño de personas. Entre pequeños flashback, nos narran las experiencias de este grupo de zapatistas, la historia de cómo nace el EZLN en 1982 en el estado de Chiapas tras varios sucesos sociales, económicos, políticos, es por eso que un grupo de comunidades indígenas se organizaron y decidieron frenar la situación crítica que históricamente vivían, y así empezaron a formar un grupo armado, al cual hoy conocemos como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Este documental es muy especial porque nos narra dos visiones; la historia de las primeras personas que empezaron con el movimiento, de cómo fue su levantamiento armado, de cómo fue su lucha en este conflicto que estalló en 1994, y de toda la problemática para que devolvieran autonomía a los territorios que hoy existen como los «municipios autónomos», y la otra visión es la vivencia de una zapatista que ya creció en el entorno autónomo, en un municipio libre como ella lo llama, cómo ha sido su crecimiento personal y profesional, cómo pueden funcionar las cosas cuando realmente se quieren hacer, una respuesta las malas políticas gubernamentales. Estas visiones crean un conciencia de que la lucha sigue y que a través de esa lucha hay una solución o una respuesta a muchos de los conflictos políticos y económicos que existen en México hoy en día.
Quiero dar gracias a los organizadores de esta función del preestreno del documental el cual vimos y disfrutamos todas las personas que tuvimos el gusto de estar en la sala del piso número cuatro de la casa de los pueblos y comunidades indígenas, un espacio que en 2021, cansados de un nepotismo y de la falta de apoyos del INPI, el grupo Otomí del EZLN, tomó las instalaciones, como una muestra de protesta y de cansancio, y a través de diferentes actividades culturales en los cuales este edificio sigue en pie, bajo la dirección de Diego Enrique Osorno, y el grupo de personas que durante 3 años estuvieron en la creación de este documental, agradecerles por hacer que esto siga creciendo. La lucha sigue, tal vez nunca se acabe, por eso deben seguir existiendo estas acciones que de verdad hacen un cambio, y ayudan para que las personas que dan identidad a nuestro país tengan un lugar mejor, un refugio para vivir en paz, y saber que la lucha que lleva más de 40 años, a valido la pena por la muerte de tantos que sólo buscaban justicia.
¡Viva la libertad!
¡Viva el EZLN!
¡Viva la Revolución!
¡Vivan los pueblos indígenas!