Françoise Hardy (1944 – 2024) fue la gran cantante de la canción francesa, que llenó la historia de la música de belleza, estilo y sensibilidad, y que también formó junto a Jacques Dutronc una de la parejas más fascinates del ámbito musical.
Con su timbre de voz dulce y melancólico cautivó a propios y extraños incluido a Serge Gainsbourg quien compusiera ex profeso varias canciones para Hardy y que interpretaría con su particular estilo. Conquistó al mundo de la moda gracias a su rostro encantador con aires de ingenuidad y feliz adolescencia eterna.
Con su voz quebradiza pero firme, logró un estilo propio que le permitió abarcar más de cuatro decenios con estilos musicales como el rock y evolucionando a lo psicodélico pasando por el pop más profundo. Elegante y sencillo. Su obra ha estado unida al cine: fue actriz y cantó en largometrajes. En este sentido, hay que recordarla en dos películas recientes “Moonrise Kingdom” (Wes Anderson, 2012) y “Vortex” (Gaspar Noé, 2021).
Pudo atraer al público joven más interesado en las tendencias destinadas a marcar el camino del mercado juvenil. El impacto que tuvo al trabajar con Damon Albarn de Blur proyectó de nuevo su carrera gracias a la grabación de la canción “To The End”. Merecido homenaje que para Hardy fue una gran sorpresa y, sobre todo, una gran oportunidad para evolucionar.
Es incuestinable que Françoise Hardy marcó un antes y un después con su estilo; hasta dejó de ser ella y pasó a ser el movimiento y estilo en estado propio. Y con un alto grado de humildad confesó que uno de los mejores discos de David Bowie es el “The Outside” a lo que Bowie respondió que se sentía honrado de tal distinción.
Su álbum, «Message personnel», publicado en 1973, recuperaba la canción francesa que a la par abría nuevas vías hacia el rock. Después de aquello, la escuchamos muchas veces tomar caminos inesperados en busca de nuevos sonidos. Nadie hoy negaría el valor musical de aquel disco editado en 1973 que sigue conquistando al público que le gusta lo pop y lo alternativo.
Françoise Hardy aportó al mundo de la moda su corte y color de cabello. Según los expertos «fue la creadora, de forma natural, de un estilo desenfadado y actual que mantenía una atractiva imagen en la que parecía que todo sucedía de forma espontánea». Ese aire desenfadado, que nada tenía de inocente en la cantante abrió las puertas de la modernidad.
Con más 30 discos, Françoise Hardy deja un legado que será recordado durante muchos años. No se puede más que ratificar que Hardy fue una de las mayores figuras de la música popular europea. Se trata de una artista que goza y seguirá gozando el haber propiciado una transición musical en la música francesa.
¿Cómo decir adiós? a una de las máximas bellezas francesas que generó la revolución del pop y que también se encargó de inyectar rabia y libertad a la adormilada, en su momento, música francesa. Adiós a la carismática chica ye-yé que cambió el paisaje musical francés.