Después del lamentable incidente del 30 de mayo en el Multiforo Alicia, cuando el Ejército irrumpió y desalojó el concierto de Fermín Muguruza, la herida entre artista y público quedó abierta. Tres meses después, esa deuda pendiente encontró justicia: el pasado 31 de agosto, más de 15 mil personas se dieron cita en la explanada del Monumento a la Revolución para celebrar, corear y resistir junto a una de las figuras más icónicas de la música contestataria mundial.
El arranque con Niña Dioz: rap feminista y combativo
La tarde comenzó con la fuerza de Niña Dioz (Carla Reyna), pionera del rap en México y orgullo regiomontano que, desde los primeros beats, marcó el rumbo de la jornada. Con líricas poderosas, ritmo intenso y un discurso que derriba fronteras, dejó claro que el hip hop también es trinchera de resistencia.
A su presentación se unió Ximbo, referente del rap femenino en México. Ambas compartieron escenario y aprovecharon el momento para estrenar una nueva canción, inédita hasta ahora, que levantó aplausos y puños en alto entre el público. El estreno se convirtió en símbolo de lucha, reivindicación y orgullo, reforzando la presencia de las mujeres dentro de una escena históricamente dominada por hombres.
Niña Dioz, además, recordó que el próximo 6 de septiembre tendrá otra cita clave: abrirá en el Zócalo capitalino el concierto de Residente, acompañada por un cartel que incluirá a otras raperas emergentes y consolidadas, entre ellas la propia Ximbo.
El regreso poderoso de Tijuana No
El ambiente se encendió todavía más con la aparición de Tijuana No, banda esencial en la historia de la música alternativa mexicana y con lazos estrechos con Muguruza desde los tiempos del disco Transgresores de la Ley. Lo que hizo especial la velada fue la participación de Ceci Bastida, quien no siempre acompaña al grupo en vivo, lo que generó una sensación de reencuentro y nostalgia.
Pero no fue la única sorpresa. Integrantes de Sekta Core y los hijos de Sax, de la Maldita Vecindad, se sumaron para reforzar la energía del set, cargado de historia y camaradería. Cuando sonó “Pobre de ti”, la explanada entera estalló en un coro multitudinario, recordando aquel legendario regreso de la banda en el Vive Latino 2010. Fue uno de los picos emocionales de la jornada y un recordatorio de la vigencia de las canciones que marcaron a toda una generación.
Fermín Muguruza: 40 años de música y resistencia
La noche alcanzó su punto más alto con la aparición de Fermín Muguruza. El músico vasco, con una sonrisa amplia y un tren de recuerdos detrás, se entregó por completo durante más de dos horas de concierto. El setlist fue un viaje que recorrió toda su trayectoria: desde los himnos de Kortatu, pasando por los himnos incendiarios de Negu Gorriak, hasta los temas de su etapa solista que lo han llevado a recorrer escenarios en todo el mundo.
El propio Muguruza recordó que apenas semanas atrás estuvo en Japón, en el Fuji Rock Festival, lo que dio mayor dimensión a su reencuentro con México, un país que ha marcado su carrera y que, como él mismo ha dicho, siempre lo recibe con los brazos abiertos.
La explanada se convirtió en un mar de baile, consignas y abrazos colectivos. La lluvia, los truenos y hasta los relámpagos que iluminaron el cielo de la Ciudad de México no lograron apagar la intensidad del concierto. Por el contrario, parecían parte de la puesta en escena de una noche que quedará en la memoria de todos los presentes.
Un acto de justicia y resistencia colectiva
Más allá del recital, lo ocurrido el 31 de agosto en el Monumento a la Revolución fue un acto de justicia poética. Tras el desalojo en el Multiforo Alicia, ver a Muguruza en un escenario tan emblemático y frente a miles de personas fue una reafirmación del poder de la música para resistir, para alzar la voz y para mantener viva la memoria.
“Gracias, México”, dijo emocionado, antes de cerrar la velada con un llamado a nunca dejar de luchar.
Para los asistentes, fue mucho más que un concierto: fue una celebración de cuatro décadas de música, un repaso por los sonidos de lucha que han marcado generaciones y un recordatorio de que la voz de Fermín Muguruza es, y seguirá siendo, patrimonio de la resistencia a nivel mundial.